(Elegida de mutuo acuerdo)
Y llega una película que obviamente no podía perderme. La destrucción del mundo es un reclamo demasiado poderoso al que rara vez puedo resistirme. Supongo que tengo algún preocupante impulso psicopático oculto, pero mejor dejemos ese tema a un lado, si te parece. ;-)
Vale, pues si ahora buscas en el diccionario la palabra "palomitero", justo al lado verás el cartel de esta película. Y es que tiene todos los ingredientes para pasárselo pipa y salir del cine con un "wuuala" en los labios (y con el electroencefalograma plano, eso también, pero ¿a quién le importa?). :-P
El argumento simple: los mayas predijeron que en el 2012 acababa un ciclo, se destruía el mundo y empezaba un ciclo nuevo. Bueno pues va y pasa. Al margen de eso, tenemos la historia personal de un escritor fracasado, separado, que intenta conseguir de nuevo la confianza de sus hijos, totalmente ganados a la causa del nuevo novio de mamá.
Jackson Curtis, el escritor en cuestión, es interpretado por John Cusack, un actor que siendo más bien normalito - limitadito, suele cumplir con lo que se le manda sin chirriar y con cierta profesionalidad. Y ahí está: cumple con lo que se le pide y lo hace correctamente. No, no le darán un oscar, no. Pero tampoco tenía un guión de oscar, para qué nos vamos a engañar, así que el hombre hace lo que puede con lo que le dan.
Katie Curtis, la ex-esposa del susodicho, es interpretada por Amanda Peet. Si el papel de Cusack es limitado, el de ella lo es todavía más hasta el grado de florero. Con todo, la chica intenta ponerle toda la expresividad que puede, la pobre, pero lo cierto es que el guión no le pide mucho más que ser simplemente guapa. Así que digamos que su actuación cumple los objetivos propuestos, y ya está. ;-D
El veterano Danny Glover interpreta al presidente de los estates. En la época pre-Obama eso, por si solo, nos hubiera parecido pura Ciencia-Ficción. Y ahora ya ves, uno observa el dato con la indiferencia de quien ve un hecho rutinario: "ajá, otro negro". ¡Jesús, cómo ha cambiado el cuento!. Pero si los guiones de los protas eran limitaditos, el del pobre Danny Glover mucho más, porque ni siquiera le han dejado el buen sabor que deja ser el prota (o ser un buen florero). Vamos, que lo ponen de presidente y le dicen: hala, tú has de ser todo lo noble, bueno y sacrificado que sea menester para que se nos hinche el orgullo de americanos. Supongo que a ellos esas cosas les hinchan el pecho, pero a este lado del charco solo hincha un poco las pelotas, la verdad. ;-)
Thomas McCarthy interpreta a Gordon, la actual pareja de Katie Curtis. No se si estaba especificado en el guión, si fue el director, o si salió del actor, pero me sorprende que se representara a un Gordon tan... tan normal. A ver si me explico: el prota absoluto es Jackson Curtis, la chica es Katie Curtis, y los niños a los que papá quiere conquistar son los hijos de ambos. Pero resulta que ambos son un matrimonio fracasado, y en medio se interpone Gordon. Uno piensa en lo fácil que sería poner a Gordon de "malo malvado" y hacer que caiga mal al público. O lo fácil que sería ponerle de "bueno buenísimo" y hacer que sea dulce y tierno hasta el vómito con los ninios para que caiga bien al público (al americano, claro). Bueno, pues nada de eso. Gordon es un tipo normal hasta el tuétano: bueno con los ninios, sí, pero no hasta el vómito, bueno con la mujer pero no hasta la anulación, malo en el sentido de que no le cae demasiado bien Jackson, pero no tanto como para dejarle tirado si necesita una mano. En fin, una persona normal, equilibrada y sensata que hace las cosas sin alardes, sin brillar, pero sin decepcionar. Exactamente el tipo de hombre que puede entusiasmar a una mujer que se ha visto decepcionada hasta el tuétano por su ex-marido. Sinceramente, es solo un papel secundario pero me ha encantado este personaje, me parece con mucho el mejor elaborado y desarrollado de todo el reparto. Un 10 también para el actor por lo que le toca.
Y por supuesto, también está Woody Harrelson interpretando a Charlie Frost, el típico loco obsesionado con las teorías de la conspiración y que al final resulta tener razón, cómo no. Bien, es un papel excentrico y sobreactuado a su medida, así que lo borda como era menester. Parece que no le doy mayor importancia, pero la verdad es que me suele gustar bastante cómo actua Woody Harrelson, así que no esperaba otra cosa de él.
El guión, pobre, pobre. Con datos científicos correctos, hace un maremagnun que combina a batidora para sacar conclusiones absurdas y fuera de contexto: total, que el mundo se destruye. Pues eso. El resto, dejo que lo veais por vosotros mismos para no pisaros la peli. Pero sí quiero dejar algún apunte para la posteridad, como que me toca las narices bastante lo de que siempre tenga todo el mundo que acabar escapando de todo justo en el último segundito, hombre. Una vez pase, pero que pase continuamente ya es cachondeo. En cambio, sí que me gustaron las naves espaciales de las que oimos hablar durante toda la película. Me sorprendieron, la verdad.
¿Efectos especiales?. Todos. Espectáculo y más espectáculo. En general, ir a ver esta película es ir a ver los efectos y poco más, pero a mucha honra, qué narices. Con palomitas, sí. Y cacahuetes, y cocola. Con todo lo que haga falta, porque con esta peli me lo pasé pipa y volvería a verla otra vez sin dudarlo.
Cuatro estrellas. Lo siento, honradamente no puedo dar cinco. Pero si dejar mi recomendación de que la vayas a ver (si te van estos rollos, claro, porque a no todo el mundo le gustan).
(Elegida de mutuo acuerdo)
Bueno, una comedia romántica por la que nos hemos decidido sin demasiado entusiasmo (principalmente, porque ni a mi santa ni a mi nos gustan demasiado ninguno de los dos protas, y además porque el argumento parece un poco manido, así de a primeras).
Abby es una productora de televisión que tiene tanto éxito profesional como mal fario sentimental (básicamente, la tía es una petarda). Pero últimamente su programa está de capa caída, así que los directivos de la cadena se plantean meter en la parrilla a un presentador rival de éxito. El problema es que el tal presentador es un impresentable, valga la redundacia, que viene a decir en público que a los hombres solo les interesa una cosa (LA cosa, of course).
Supongo que a los americanos tal osadía les parece rompedora y subversiva. A los europeos, acostumbrados por acá (sin ir más lejos) a los Wyoming o a los Miki Nadal, todo esto nos parece lo más natural del mundo, la verdad. En fins, los norteamericanos son un poco niños para según qué cosas.
Total, que una comedia romática más fuimos a ver, y una comedia romántica más vimos. O sea, que cómo te lo cuento: una más del montón, manida, rutinaria y sin demasiadas complicaciones. Pero a pesar de la carga que supone un guión bastante casposo, la verdad es que está bien desarrollada, no aburre, tiene algún que otro buen momento, y hasta los actores consiguen poner bastante oficio por su parte. Así que de una forma u otra, entre todos consiguen darle la vuelta a la tortilla y ofrecer una peli no buena, pero sí aceptablemente entretenida.
La moraleja es más o menos evidente: que la chica petarda es que en realidad no se la conoce bien. Y que el chico bestia y desalmado oculta un corazoncito tierno como el de un bebé.
A ver, chicas y chicos que me leeis, dejadme ser un poco puñetitas y deciros también un poquito de la cruda realidad, ¿vale?. Mmmmmh, a ver: las chicas petardas, normalmente lo parecen porque en el fondo, muy en el fondo, es que LO SON (y lo son con rabia). Y los chicos bestias y desalmados, en el fondo, muy en el fondo de su alma, esconden un corazoncito sucio y desalmado. Porque seamos claros: las chicas y los chicos son buenos o malos (que hay de todo en la vida del señor), pero la triste realidad es que lo que son, es el premio para siempre, la chochona que te llevas: los chicos malos NO cambian y NO se reforman, reina. Y las chicas aburridas, seguirán siendo aburridas por muy buenas que estén. Personalmente no conozco excepciones a estas reglas de oro ¿y tú?.
Vale, comento esto porque en la peli me toca un poco las narices el asunto. Nos presentan a unos personajes de una forma, y al poquito de metraje, les ves actuando como si fueran todo lo contrario. No me gustan esas inconsistencias en los personajes. Con todo, y agujeros de guión aparte, me remito a lo que decía arriba: la peli no aburre y se deja ver con cierta gracia (tampoco es que te rias a carcajadas, aclarémonos, pero para superar a "Año Uno", esa bonita película, no hace falta mucho).
Abby Richter está interpretada por Katherine Heigl a la que puede que conozcas por la horrorosa serie Anatomía de Grey. Vale, ¿qué puedo decir de esta actriz?. Mona, es monilla. Pero como soy muy particularcillo con mis gustos, la verdad es que a mí no me pone mucho, así que la tengo que juzgar solo como actriz. Y como actriz, ni fu ni fa, ni buena ni mala, ni lo juno ni lo jotro. Y hombre, cuando quiere sabe seducir a la cámara, y cuando no, sabe hacer de petarda. Así que cumple con su papel y lo hace sin alardes pero con eficacia y un poquito (poquito) de vis cómica.
Mike Chadway, el presentador cafre que solo piensa en ESO, lo interpreta Gerard Butler. Si su cara te suena y no recuerdas de qué, seguramente es que viste 300, the movie, peli buena, buena donde las haiga (sin ironias: a mí me encantó). Y te suena porque es el mismo actor que hace de Rey Leónidas. ¿Ya?. Bueno, pues no me gusta. En 300 estaba bien, pero aquí no me convence, no le sale. Como cafre obsesionado con el asunto, se queda demasiado mojigato. En parte, es culpa del guión, desde luego, pero además es que a él no le sale y punto. Una pena.
En una peli dominada por completo por los dos protas, solo hay sitio para algún que otro secundario. Por ejemplo, Bree Turner interpreta a Joy, la amiga y compañera de trabajo de Abby. Papel sencillito y casi invisible, salvo porque la actriz tiene mucha más vis cómica y atractivo que la propia prota, y eso que es toda ella un verdadero saco de huesos (¿ves como soy particularcillo?).
Un papel secundario más decente es el de Colin, el vecino de Abby, por Eric Winter. Papel de hombre objeto, a decir verdad, puesto que interpreta al hombre perfecto al que toda mujer aspira: amable, simpático, guapo, bueno, inteligente y no es gay. Bueno, salvando el hecho de que eso no existe, resulta un papel poco creible por varios motivos que no me meto a explicar para no pisar la peli a nadie. Con todo, el guión le pedía hacer de hombre perfecto (tan perfecto, que resulta aburrido), y eso mismo interpreta. Vamos, que lo que no me gusta es el personaje, no el actor, que se limita a hacer su trabajo y hacerlo bien.
Vale, pues en resumen, y a pesar de que les estoy dando un poquito de caña a todos, la verdad es que es una peli decente y que se deja ver, siempre y cuando no pretendas creerte a los personajes de cartón y estereotipados que nos presentan, claro.
Tres estrellitas. Dudaba si poner dos, pero me siento generoso porque las perspectivas eran muy bajas según entraba por la puerta del cine: Me gusta que me sorprendan, y me gusta ver que hay gente capaz de sacar adelante un producto aceptable a pesar de los lastres de un guión bastante malejo. ;-)